lunes, 13 de febrero de 2012

Los SAW: Stock, Aitken y Waterman.


En la historia de la música rock y pop, las superestrellas son por supuesto los cantantes y bandas. Pero entre bambalinas, también tienen mucho que decir los productores. Muchas veces una banda o cantante se hace famoso con un productor, tiene éxito, luego se separan de él para seguir su propio camino con un productor diferente, y sobreviene el desastre en términos de discos o entradas para conciertos vendidos, e incluso en términos artísticos. Quizás nunca esto ha sido tan agresivamente claro como con los SAW, quienes marcaron historia en el ámbito del pop...

...transformándose en los más grandes artífices de las canciones de discoteca con sintetizadores a finales de los 80s. El synth-pop había partido casi como una curiosidad de laboratorio, enredada con el post-punk y con la New Wave a comienzos de la década, y había evolucionado como un género más o menos artificioso, hasta que a mediados de década era lo suficientemente popular como para haberse convertido en la marca de fábrica de la música de la década. Y entonces, los SAW se apoderaron de la escena.



El nombre es en realidad la sigla de los tres productores asociados para los efectos: Michael "Mike" Stock, Matthew "Matt" J. Aitken, y Pete Waterman. Stock había formado previamente una banda de música junto con Anthony Minghella, este último famoso después como director de cine, con "El paciente inglés" y "El talentoso señor Ripley" en su currículum. En 1970, con apenas diecinueve años, Stock tenía ya un contrato musical. Andando el tiempo, Stock se unión a Aitken, que también trataba de sacar adelante una carrera musical. La sociedad quedó completa cuando unieron fuerzas con Pete Waterman, un hombre que ya poseía su propia productora de nombre PWL (Pete Waterman Limited, actualmente PWE o Pete Waterman Entertainment). Corría el año 1984.



De todas maneras estaban recién comenzando, y aceptaron como encargo escribir y producir la canción "Anna Maria Lena", para que el cantante Andy Paul la hiciera participar como la candidata de Chipre a la versión 1984 del concurso de Eurovisión. La canción pasó sin pena ni gloria por el concurso, pero fue un comienzo. Para mediados de ese año, ya habían encontrado su ruta con la canción "You Think You're A Man", interpretada por Divine, canción que llegó hasta el puesto 16 en los rankings del Reino Unido, y "Whatever I Do" de Hazell Dean llegando hasta el puesto 4. Con estas canciones, los SAW habían dado con la fórmula precisa: líneas musicales simples y claras, por lo general cargadas de optimismo o al menos de energía, llevadas por teclados electrónicos, sobre una base rítmica muy rápida y muy marcada, ideal para tomarse por asalto las discotecas. Con estas armas consiguieron su primer número uno al año siguiente, en 1985: "You Spin Me Round (Like A Record)" de Dead Or Alive.



Pero un éxito no es ninguno, y los SAW se abocaron entonces a consolidar su reinado. La ocasión les cayó cuando la banda femenina Bananarama se contactó con ellos. ¿Fue Bananarama quién consolidó el reinado de los SAW, o fueron los SAW quienes le aseguraron en definitiva visibilidad a la banda? Como fuera, ambos trabajaron en un cover de una banda llamada Shocking Blue: "Venus". Escuchar ambos temas es todo un ejercicio acerca de cómo trabajaban los SAW, ya que el estilo del original es un rock-folk con guitarras acústicas y teclados sicodélicos, mientras que el cover de Banarama usa guitarras eléctricas más hardrockeras y bases electrónicas bien inscritas en el synth-pop ochentero. "Venus" fue todo un éxito en 1986. Ya desde el año anterior 1985, por su parte, los SAW se habían construido su propio estudio, que pronto fue bautizado, y no sin razón, como "The Hit Factory".



La siguiente fase fue comenzar a manufacturar los éxitos en serie. Lo primero era escribir la canción. Luego venía crear los arreglos, que usualmente eran hechos con sintetizadores, lo que de manera algo inadvertida acercó el sonido de los SAW hacia un synth-pop más comercial aún si es que cabe. Porque a diferencia de las primeras bandas o intérpretes que trabajaron con SAW, que escribían o coescribían muchas de ellas su propio material, los nuevos recién llegados eran llamados únicamente a poner la voz. Y además, a hacer toda la campaña promocional. Por supuesto, esta manera de trabajar hizo que casi todos los éxitos de los SAW sonaran casi lo mismo, fuera quien fuera el cantante que los interpretara, y sin que el grueso del público supiera la razón de tanta afinidad dentro del estilo musical, más allá de suponerla alguna clase de moda a la que se adscribían los cantantes. Esta manera de concebir la creación musical se consolidó aún más en 1987, cuando los SAW crearon su propio sello discográfico, lo que los puso en el control absoluto de su propia producción. A esas alturas, el dominio de los SAW sobre su material era casi absoluto.



Quizás la estrella más importantes de esta época de los SAW sea Kylie Minogue, cuyas canciones tempranas son la destilación más absoluta del estilo SAW. Kylie Minogue era una bella australiana que rondaba la veintena, y que se transformó en el símbolo sexual femenino por excelencia de estos productores. Como maniobra de promoción, fue pareada con otro cantante SAW, en concreto Jason Donovan. La carrera posterior de Kylie Minogue caería en picado luego de que los SAW se desvanecieran en el aire, por supuesto, hasta que en una vuelta inédita para otros artistas de dicha factoría, consiguió un segundo aire relanzándose a sí misma con el disco "Light Years" y la canción "Can't Get Out Of My Mind", del año 2000, pero eso es otra historia. Volviendo a los SAW, éstos impulsaron también a Rick Astley, vendido como el chico guapo ligeramente retro de voz algo más grave, que consiguió imponer los hits "Never Gonna Give You Up" y "Together Forever". Después de separarse de los SAW, la prensa británica le hizo mucha guerra acusándolo de ser poco menos que un títere de los productores, lo que le hizo por supuesto una buena cantidad de daño a su carrera posterior.



Pero ya los 90s se asomaban en el horizonte, y la música electrónica comenzaba a pasar de moda. En octubre de 1990 fue la primera semana en dos años, en que los SAW no consiguieron meter una de sus canciones en el top 75 del Reino Unido. En 1991, un Matt Aitken consumido por el estrés resolvió separarse de sus compañeros. La relación entre Waterman y Stock terminó por romperse en 1993, cuando la única artista de los productores que todavía era best-seller, era Kylie Minogue. Ambos productores siguieron después por su cuenta, pero habían dejado ya un contundente legado tras de sí. Puede que los SAW no sea alta música, ni siquiera música de calidad en la mayor parte de los casos, y que sus grandes éxitos tengan más que ver con un adecuado sentido del marketing que otra cosa, pero no puede desconocerse su enorme capacidad para darle a la segunda mitad de una década completa su sello propio y particular, en el ámbito de la música de discotecas a lo menos.

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